Chanito Venero

                                                                 


                                  CHANITO VENERO:

BREVE APUNTE CALIGRÁFICO DE UN APELLIDO


Seguramente si preguntamos a la memoria colectiva de los mayores que aún habitan en el Cruce de Sardina por  Sebastián Guedes Perdomo es posible que ninguna respuesta consigamos. Pero si nos refiriésemos en nuestro interrogante a Chanito "Venero", con toda probabilidad revolcaríamos los recuerdos de muchas personas. Este nombre suena con bastante popularidad en el extenso llano del Sureste de Gran Canaria. El extraño “apellido” Venero es fácilmente recordable por aficionados a la lucha canaria. Se encargarían sus hijos, los hermanos Venero, hacerlo conocer por todos aquellos terreros en los que hábilmente, y con bastante prestigio, bregaron con la mano al calzón y limpieza en la mirada. La arena que sus pies pisaron aún conservan las huellas de sus nombres.


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Uno de sus nietos, de setenta años de edad, me permitió el acceso a algunas fotos y a una copia del carnet de identidad de su abuelo. El valor de este documento me permite conocer datos como la fecha de nacimiento del pastor, el nombre de su padres, la fotografía necesaria para la expedición del documento (en aquellos años la persona registrada debía retratarse de medio perfil) y el nombre "oficial" de la persona en cuestión. Ahora se que Chanito nació el 11 de septiembre de 1896, que sus padres se llamaban Benedicto y Maria del Pino y que el 19 de agosto de 1963 se caligrafió, en el espacio destinado a la firma del titular en el documento expedido, la expresión "no sabe".


Miro y remiro este documento, dándole vueltas entre mis manos y acercando la lupa a determinados detalles, aumentando la foto de Chanito como si tratara de interrogarla. Son tantas las cosas que me gustaría poder preguntarle, tantas de las que quisiera me hablara, que a veces se convierte en obsesivas las observaciones de las antiguas imágenes. Conozco bastantes detalles del origen de su familia pero nada sé acerca de su infancia, de su vida, del pastor joven que fue y continuó siendo hasta su retiro. En las conversaciones que mantuve con Manolo, su nieto, me hablaba acerca del viejo pastor con una sinceridad que revelaba determinadas intimidades que habrán de permitirme que quede entre su memoria y la mía. La perra que acompañaba a Chanito más de una vez delató su presencia cuando éste trató de pasar desapercibido y no seré yo quien cuente lo que el animal, en palabras de su nieto, escuchó de los reproches de su amo.




" Mi abuelo le curaba las nubes de los ojos a las ovejas. En cualquier parte del corral siempre había un paquete de sal colgado de un trozo de hilo. Él le echaba una pizca de sal en los ojos y después cogía y mascaba tabaco y le echaba un buche…le ponía la cara del animal mirando pal cielo, le soltaba un buche de tabaco mascado, se lo restregaba en el ojo y soltaba al animal que terminaba dando brincos y patadas…Vamos, que si a ti te hacen lo mismo en los ojos, al que coges por delante le partes el culo…"


"Alguna vez le vi quitarle bultos y cangrejillos que le salían a las ovejas. Veces con el cuchillo o con una navajilla que tenía preparada para eso. Se los cortaba y luego se los desinfectaba con sal. Era mañoso para eso. Por eso te digo que yo recuerdo siempre de ver paquetes de sal colgados por cualquier parte del corral. La que no conseguía curar y a él no le servía, la echaba para el marchante… y alguna que servía, si a él le hacían falta las perras, también…No sólo de pan vive el hombre."





Mientras escucho la voz del amigo Manolo en la grabadora continuo dándole vueltas a los documentos que éste generosamente me hizo llegar. Posiblemente la sorpresa mayor, sin necesidad de lupa alguna para ser correctamente observada, está a simple vista en el nombre: Sebastián Guedes Perdomo. Lo que muchos pensábamos como apellido al sobrenombre "Venero" no lo es tanto, por lo menos en esta familia procedente de La Pasadilla, en el municipio de Ingenio. Por otros documentos hallo el nombre de su padre: Antonio Benedo Guedes Torres. ¿Es posible que a Chanito, desde muy joven, el habla popular lo nombrase como "Chano, el de Benedo"? ¿"Chano Benedo"? ¿"Chano Venero”? La idea no es tan descabellada porque solo habría que cambiar la "d" por la "r", teniendo claramente en cuenta que la "b" y la "v" son sólo cuestiones ortográficas que por estas tierras mayormente poco se atendieron. Además de esto, debemos considerar que llamándose su padre Antonio Benedo, éste era más conocido por Benedo o Benedicto. Así lo entendió perfectamente el escribiente que caligrafiara en aquellos entonces el carnet de Chanito…sin atender al noble y antiguo linaje de la montaña de Santander del que era Señor, en tiempos de don Bermudo I y de don Alfonso II «el Casto», el Ricohombre de estos Monarcas: Sancho Alfonso de Venero.

 


para hierbolario.blogspot.com,

Eduardo Gónzalez

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