María Rodríguez, la pastora que hizo pueblo

 


 “…¿Usté cree que las pastoras pasaban menos trabajos que el pastor?. Las pastoras pasaban más trabajo que el pastor porque las pastoras tenían que ayudarle al marío con el ganado, hacer el queso, hacerle la comía, lavarle la ropa, y había que ... …y atender a los hijos.  Eran unas esclavas porque en ese entonces... …para el fuego había que ajuntá la leña, y el fogal era un fogal de piedra... y entonces allí hacían la comía.  Llegaban los maríos...le ponían la mesa...  y como venían yelaos o cansaos, comían y allí se acostaban en la cama...  ...y la mujer atendiendo lo demás.”


(Manuel Guedes Rodríguez. 1920 - 2007)


 


Desde que los ojos de María Rodriguez Martel se abrieran a la luz de esta isla, cosa que sucedió en el segundo año que comenzaba a principiar el siglo veinte, el corazón de esta mujer empezaría a latir sangre con olor a suero al abrigo de las entrañas del risco. En Cazadores, en las altas medianías de Telde, habitó las primeras cuevas,  que a la edad de diecisietes años cambió por las de Cueva Blanca. Hasta allí, apenas un poco más arriba de su piedra natal, se fue al amparo de otra roca y al apoyo del casamiento con Manuel Guedes López, guardándose del frío en las cavidades de la tosca que pertenecían a la que acababa de convertirse en su suegra, Juanita López. Mucho tiempo después, el destino del pasto llevaría sus pies a tierras de Tirajana donde los avatares de la vida pastoril estirarían la estancia hasta unos tres años aproximadamente. Desde los solapones y chozas de Lomo Los Morales, en el interior de la Caldera tirajanera, partieron hacía la costa haciendo escala en Lomo Colorado, otro asentamiento donde los agujeros naturales de la patria continuarían guardando sus intimidades que permanecían siendo más bien escasas. Pocos años mas tarde llegarían hasta las cuevas del Barranquillo, enfrente del barrio que hoy conocemos como Casa Pastores.





“Vivíamos aquí, ahí arriba, en las cuevas esas... en las cuevas del Barranquillo del polvo, que llaman.  Las Cuevas son de la montaña de Majá Ciega, pero son conocías por Las Cuevas del Polvo….las Cuevas del Barranquillo del Polvo.”




                      “... si, muy fácil, porque mi madre era una mujer que sabía un poco de letras y números, y como en ese entonces too lo que producían los animales se vendía... …queso, leche, suero, beleten...los estiércol... a la vez que vendía, venía y compraba aquí en Sardina, a los labradores, el millo, porque en ese entonces había que buscar... y claro, veces lo compraba con queso, pagaba con queso, en fin.... el dinero que día reuniendo lo día guardando…¿me comprende?”





                   “Y ya cuando tenía dinero ahorrao fué a mi padre y le dijo: Mira, Manuel, es imposible seguir viviendo aquí porque la miseria aquí nos come, de las chinches, de las pulgas...

       ¿ y que vamos a jasée?, le dijo mi padre. Comprar un solar, porque si no tenemos que cambiar de vida pues aquí no se puede vivir.


  ¿ Cómo vamos a comprar un solar si no tenemos dinero? El dinero aparece, le dijo mi madre.”



                   “Ahora hay que buscá a los albañiles pa que nos hagan una casa pa viví. Fué mi padre a Agüimes y unos maestros albañiles que había...conocios... Los Olivares...Trató... dos mil quinientas pesetas...  las dos habitaciones, el saguán, la cocina y el pollo pal agua... Bueé, pagó dos mil quinientas pesetas en dos pagos .”


 “Vinieron los albañiles y pegaron a hacer las casas. Pues nada...al tiempo que le dijeron los albañiles: las deja descansar unos días pa que se seque.. los techos y tóo... quince o veinte días. No vía mi madre la hora pa salí de allí, de la miseria... pues a los quince días o por ahí fué, nos metimos a vivir en las casas...”


El número 9 de la calle Buen Pastor, en el pueblo de Casa Pastores, se corresponde con la casa y el solar que Maria Rodríguez deseó para los suyos. En aquel entonces era la segunda casa que existía en lo que se conocía como el Cercado de La Virgen y este escueto apunte solo pretende recordar a Mariquita entrando y saliendo por su puerta. La razón de las emociones forma parte de la historia. La pastora que parió catorce hijos y sacó trece adelante también.




"Este precoz poblamiento no llegó a producir más que un pequeño núcleo de importancia secundaria, siendo las cuevas utilizadas principalmente por pastores que apacentaban en las montañas circunvecinas.

En el Barranquillo de las Cuevas, Nuevo o del Polvo, los censos electorales de 1909 y 1918, señalan respectivamente la residencia de tres y un jornaleros (son, en 1909, Juan Cardero Judas, José León y José Sánchez Estupiñán).

En 1927, se producen nuevos asentamientos de pastores en la margen derecha del Barranquillo del Polvo, frente a la Hoya de la Negra, dando lugar al núcleo de Casa Pastores (Las Familias de José Pérez y Antonio y Manuel Guedes. -Miguel Mayor Navarro. Entrevista-), que, ampliado por sucesivas parcelaciones, ha constituido el nexo urbano entre Vecindario y Sardina…"


(Ángel V. González Rodríguez.

 El Sureste de Gran Canaria. Pag. 681

Ayto. Santa Lucia - Librería Papelería Martel, 2001)



desde el sureste de Gran Canaria,

para hierbolario.blogspot.com,

Eduardo González.

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