La Mesilla de Samarín


 La Mesilla de Samarín

En las medianías de Amurga aún permanecen, respirando los pasos de quienes las habitaron, los restos de un pasado que se agarró a la tierra. Allí, entre lomas suaves y laderas que enciende el viento, se alza La Mesilla —o La Mesilla de Samarín— como testigo de una vida que, aparentemente sencilla, exigía un pulso constante con la tierra y los animales.

En su interior queda todavía la huella doméstica: la cueva pulida por el roce del tiempo, la superficie lisa donde reposaban los quesos recién hechos y el canal estrecho que guiaba el suero con una precisión humilde. Afuera, una habitación levantada en piedra seca y un pequeño corral completaban el mundo de quienes vivían de su propio cuidado y del conocimiento heredado, sin más herramientas que la paciencia, la intuición y la fuerza del día a día.





Pero lo esencial siempre estuvo más afuera. Las tierras de medianías —amplias y abiertas— extendiéndose como un rumor continuo. Lomas que se acunan entre sí. Barrancos que descienden con encabritada furia hacia lo hondo, donde el agua se escondía, secreta y necesaria, como una promesa guardada por la sombra.

“…el agua la cogíamos del barranquillo mismo. Cuando llovía…se mantenía el agua de un charco al otro…y teníamos uno reservado pal agua de beber. Y después otro más abajo pa lavar las empleitas y los aros…y esas cosas…porque pal queso hace falta el agua. Y después otro pa lavar la ropa. A Amurga íbamos en los meses de invierno.”

(Fabita Mayor)


En esos paisajes se sostuvo la vida de familias de pastores que sabían hablarles a las montañas. Allí permanece aún todo eso. No como ruina, sino como memoria que se resiste a desaparecer. Como si la tierra guardara aún el gesto de quienes la habitaron. A veces, entre el repliegue de las nubes, el sol se abre paso y parece señalar que nada se perdió del todo. Que la historia sigue en la manera en que la luz la acaricia. Puede que haya lugares que no desaparezcan aunque ya no estén habitados. Posiblemente sean ellos quienes nos recuerdan a nosotros.

para hierbolario.blogspot.com

…y para quienes hoy 

se están juntando en Lanzarote

por la insistencia de

la Asociación Cultural Pueblo MaHO…


Eduardo González 



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