Llanto compungido


 Llanto compungido


Es de esos llantos que decimos compungidos: con pujidos que suben desde la raíz hasta el pecho queriendo aflorar al aire. Y queriendo encontrar un habla que solo halla silencio. Sin embargo, ahí sigue, doblado sobre sí mismo, como un cuerpo que resiste, trazando con sus ramas un mapa de memorias calladas. Bajo él, la tierra se abre en tonos cálidos, señalando el pulso de lo que aún late aunque nadie lo mire. Cada rama caída recuerda la violencia cotidiana, la avaricia y el descuido; cada raíz expuesta es un hilo que nos enlaza con quienes amaron esta tierra y ya no están.

El aire, blanco y cargado de casi nada, acaricia las ramas como quien se disculpa por la pérdida. Y en ese gesto se esconde un grito: un clamor que denuncia la destrucción silenciosa y que interpela a quienes miran sin ver. El tarajal resiste sin callar. Habla con su cuerpo torcido, con su sombra alargada sobre la tierra desprotegida, mostrando que la vida no es un lujo, que la memoria del suelo no se borra, que la indiferencia humana es veneno.

Por eso duele la sinrazón donde anida el olvido. Duele la mano que pasa sin mirar, la que arranca lo que no es suyo. Duele la mano que destruye y deja cicatrices en la tierra. La otra se levanta en protesta, señalando a quienes abandonan, saquean, contaminan o ignoran. Se señala la ceguera que permite que la naturaleza agonice en silencio. La resistencia del tarajal nos enfrenta a nuestra responsabilidad: exige respeto, exige cuidado, exige memoria. Incluso su abandono, su torcedura, es un desafío. Un recordatorio feroz de que la vida no se rinde. Y que nuestra complicidad en la herida también duele.

Gara Santana, periodista de Canarias Ahora, nos habla de la tala de un drago centenario realizada con toda la valentía que no se entiende. (https://www.eldiario.es/canariasahora/ciencia_y_medio_ambiente/tala-drago-centenario-tenerife-dia-triste-patrimonio-canarias-hemos-perdido-simbolos_1_12741737.html). Y en una columna de opinión, realizada en el mismo diario, se pregunta, interpelándonos, para qué sirve un drago. (https://www.eldiario.es/canariasahora/opinion/sirve-drago_132_12741846.html). Llanto compungido… que se repite.

“Está creciendo en mi jardín el drago que hace un mes planté…”

(Luis Morera)


para hierbolario.blogspot.com

Eduardo González




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