De puertas para dentro cabemos todos
“Entre padre e hijo,
de puertas padentro
cabemos todos”
(Antonio Mayor, hijo)
Aunque buena parte de los años de su vida los extendiese por el sureste de Gran Canaria, Miguelito Mayor fue un pastor al que tenemos que buscarle sus orígenes en las cumbres de esta redonda isla, concretamente en la Hoya del Gamonal, en la banda por donde la Cruz de la Raya se decanta hacia el municipio de San Mateo. Fue allí, el once de enero de 1900, donde se asomó a este mundo el niño que en ese momento desconocía que iba a gastar un total de noventa y seis años, la mayor parte de ellos empleados en amasar su vida en un zurrón y con el destino a los pies del pasto. Cuidar cabras y ovejas por diferentes comarcas de la isla mencionada fue el oficio Mayor heredado de su padre al que se juntaría el apellido Navarro de su madre.
…"yo a mi abuelo no lo conocí de pastor porque cuando el murió yo tendría seis años apenas. El era de la Hoya del Gamonal. Mi padre también. Y entonces, mi abuelo, tenía varios hijos. Se que a él le gustaban las ovejas pero también tenía una parte de cabras. Unos cuidaban unas y otros la otra parte. El oficio de mi padre, desde que nació, fue pastor y toda la vida la echó de pastor. Sé que se fue pa Cuba de chiquillo con los hermanos más viejos. El tenía doce años y los más viejos de veinte y poco más. A los años, cuando vino, de las pocas perras que quiera que trajo de allá compró en esa época treinta cabras en los Llanos de la Pez, del ganado de los Llanos de la Pez. Pero le vino un mal tiempo estando ahí, en la Cruz del Socorro. Y las tenía juntas con las de un tal Miguel Suárez, en unas cuevas del barranquillo de la Cruz del Socorro. Allí dormían las cabras por la noche y ellos esperaban a que subieran por la mañana. Cuando se dieron cuenta de que no volvían todas…Pos a mi me falta ésta…Pos a mi la otra…En fin, que se asomaron a ver. Y cuando se asomaron se dieron cuenta que las cuevas se habían caido. A él les mató quince cabras…"
(Antonio Mayor, hijo)
…"Mi padre llegó a venir ahí mismo, a la Montaña de Los Perros. Llegó a venir con sus propias cabras mucho antes de hacerse cargo del ganado del Cardón. El mismo año en que yo nací (1934) estuvo ahí de pastor con las cabras dél. Las juntó con uno de los Monroy…Y después de ahí se fue nuevamente para la cumbre. Y después fue cuando volvió y regresó en el verano a coger el ganado del Cardón…que ya me trajo a mí con once meses de nacío. Yo llegué al Cardón con once meses de nacío.
Mi padre, cuando se vino de la cumbre, se trajo las cabras de él y las juntó con las que cogió aquí abajo. Los pastores de la cumbre conocían la costa porque venían pabajo en los meses de invierno huyendo del frío. Además, él terminó viniéndose de fijo pa qui bajo porque en ese tiempo en la cumbre se sembraba y él, que tenía un puño de cabras, tenia que andar todo el día al leñazo…piedra por aquí, piedra por allá… pa que las cabras no hicieran destrozos. Él conocía a los demás pastores y cuando pensó marcharse es porque ya otros pastores le dieron el aviso para vivir aquí…"
(Antonio Mayor, hijo)
“…La huerta de ganado de mi padre era de donde él estaba hasta la orilla de Lomo Colorao. No, pacá pa las Carboneras no. Lo de las Carboneras lo tenía un tío mío que tenía ganao también. Juanito Ortega se llamaba mi tío. Mi padre no comía de las huertas de los Araña. Si, a veces si mi tío le decía: Suéltelas por ahí pabajo, compadre Miguel… pero por que a él le salía por gusto…o mi padre se lo decía a él…pero eso era aparte. Cada uno tenía sus huertas.
Mi padre le pagaba las rentas de las huertas a los Melianes…y a algunos de Temisas, porque algunos tenían unas tirillas de tierra y claro, cada uno quería algo…una cuota…diez duros…o veinte…o un queso. Con eso le pagaba las rentas. No es que esa gente tuviera tanta tierra. Eran unas tirillas pero, claro, el ganado tenía que pasar por ellas y había que pagarle a esa gente. Yo me acuerdo de ir a Temisas a llevarle el queso, un queso o dos a cada uno. Eran varios".
(Fabita Mayor, hija)
Cuando íbamos a hacer la mudá para Amurga, se le pagaba por el uso de un par de bestias a las gentes de aquí, de Sardina, y en ellas llevábamos todos los atarecos de la leche y el queso, la ropa para hacer las camas, y todo lo que hiciera falta. En un par de burros se llevaba todo. Primero íbamos nosotros con el ganao. Si el ganao salía hoy, la mudá iba mañana.
Ya se sabía de antemano si había pastores en la zona a donde íbamos. Mi padre antes de ir preguntaba si había buenos pastos para comer el ganao. Si sabía que no los había…no nos mudábamos allí.
En la misma cueva vivíamos y comíamos todos. Por el Paso de Los Puercos bajé y subí bastantes veces. Si, porque nos mandaban a Fataga a comprar cualquier cosa que nos mandaran…gofio, tocino, lentejas…Íbamos yo y las chicas de Paquito Pérez (Pastor de Fataga que también echaba temporadas en Amurga). Una vez nos cogió un temporal de agua en Fataga que casi no nos deja salir. El Paso de Los Puercos era un paso malísimo…malísimo…sobre todo pa bajar era malo. A mi me daba mieo pero antes las mujeres se hacían mas rápido que ahora…
El agua la cogiamos del barranquillo mismo. Cuando llovía se mantenía el agua de un charco al otro…y teníamos uno reservao pal agua de beber…y después otro más pa bajo pa lavar las empleitas y los aros y esas cosas…y después otro pa lavar la ropa. A Amurga íbamos en los meses de invierno.
(Fabita Mayor, hija)
para hierbolario.blogspot.com,
entrevistas con Antonio y Fabita Mayor,
hijo e hija de Miguelito Mayor.
Son una joya las fotos, preciosas.
ResponderEliminarGracias por conservar y divulgar nuestras historia, la que no se escribió.